La importancia de la comunicación

Uno de los puntos débiles que tenemos en mundo del desarrollo del software es la comunicación. Muchos de los problemas surgen de malos entendidos, ya sea en la parte funcional, como en la técnica, con el cliente o con el equipo.

El sobrao

A nivel técnico, muchos olvidan qué es no conocer algo (ya sea un patrón, un algoritmo, o una técnica). Al poco tiempo de asimilar o dominar algo nuevo (ya sea un concepto de negocio, un termino o una tecnología) se da por hecho que todo el mundo lo conoce y lo utiliza constantemente con todos los interlocutores sin preguntar si es necesario explicarlo.

El tímido

Muchas personas no preguntan cuando alguien sobreentiende que todo el mundo con el que trata conoce de lo que está hablando. No sé si es por timidez, por miedo a parecer un ignorante delante del resto que no pregunta.

Si das una explicación de algo complejo y la gente que escucha no pregunta nada, posiblemente estés ante una audiencia donde nadie comprende realmente lo que se ha explicado. Ocurre muchas más veces de lo que pensamos. Mucha gente después de una reunión va a buscar a internet los términos que no le cuadran.

Por contra, no es la primera vez que se descubre que quien lleva la voz cantante en una conversación basa todo en el conocimiento casual (¿lo leería en un blog?) y no sabe realmente de lo que está hablando.

Los que hablan idiomas distintos (falta de referencias comunes)

No todos tenemos la misma experiencia, no hemos estudiado lo mismo, ni en el mismo sitio. El desarrollo de software no lleva tantos años como muchas de las ingenierías modernas, con lo cual muchos términos pueden significar cosas distintas.

A nivel funcional pasa lo mismo, dependiendo del contexto en el que te muevas el mismo término puede significar una u otra cosa.

Debemos intentar confirmar siempre que estamos hablando de lo mismo, hay que confirmar siempre. Sobre todo con las siglas, si se utilizan en una comunicación hay que dejar claro siempre qué significan y si alguien duda, que pregunte.

Volviendo al caso del tímido, que después de una reunión consulta en internet lo que no entendía corre el riesgo de tener conceptos distintos a los que le pretendían comunicar.

El que no se adapta a sus interlocutores

Hay que conocer a los interlocutores. No le podemos hablar de la misma forma a un programador junior, que a un usuario final, a un desarrollador senior o a un gerente.

Los técnicos corremos el riesgo de entrar a explicaciones a bajo nivel que poca gente sea capaz de comprender o que directamente desconectan y pasan de todo o si es un correo directamente no lo leen. Hay que ser capaz de atraer y mantener el interés de nuestro interlocutor.

El trivializador (el peligro de la simplificación)

Algunas veces nos piden que simplifiquemos las explicaciones, sobre todo con interlocutores no técnicos. Al explicar un problema complejo de forma sencilla, corremos el riesgo de trivializarlo. Con lo que podemos llegar a crear falsas expectativas a la hora de resolver el problema.

Para adaptarse a ciertos interlocutores nos vemos obligados a utilizar conceptos sencillos, pero cuando se tratan de temas complejos es muy difícil hacerlo accesible manteniendo dejando claro lo complejo que es el tema a tratar. Pero no deja de ser parte de nuestro trabajo hacernos entender.

Creo conseguir una comunicación efectiva es uno de los retos más importantes que vamos a tener a lo largo de nuestra carrera. ¿No habéis tenido alguna vez la sensación de que nadie os entiende? Quizás por eso algunos piensen que los conocimientos técnicos se adquieren y las habilidades sociales no.